Cuando inicié mi emprendimiento creativo no sabía la estrecha relación con mi carrera: Comunicación Social.Creía que un broche era solo un adorno para embellecer el vestuario, que solo aportaba estética… pero descubrí que es mucho más.
Un broche es una pieza para COMUNICAR QUIÉN ERES y hasta para enviar mensajes subliminales como lo hacía Madeleine Albright.
Con un broche puedes expresar qué te gusta, qué te identifica, qué añoras, qué te apasiona. Por eso para mí un broche es un símbolo de quién eres tú. Es una forma de diferenciarte y a la vez de pertenecer. Cada quien busca sentirse único y ser parte de un grupo. Es como una dicotomía y simbiosis a la vez.
No es una pieza solo para las abuelas. Es para ti, es para todas. Y lo que hace que un broche sea más especial aún es su versatilidad y practicidad. Los aretes solo puedes usarlo en las orejas, los collares en el cuello, pero el broche, pin o prendedor se desdobla. Se convierte en protagonista junto contigo en cualquier prenda.
Se puede usar en la solapa o mangas de tus chaquetas, camisas, sombreros, bolsos, pantalones, en fin, donde tú quieras. Es magia; una prenda básica se convierte en otra con tu estilo cuando usas los broches que representan tu esencia.
Tres datos curiosos de los broches:
- Si colocas el broche en la parte alta de la solapa de una chaqueta, te harás ver más alta.
- Si no quieres recargar tu outfit con un collar, el broche es un accesorio ideal para generar ese balance en tu look.
- Los broches no pasan de moda. Son piezas que definen tu estilo.